lunes, 5 de septiembre de 2011

Los barrenillos de la madera del pino en la provincia de Teruel
La provincia de Teruel es uno de los prodigios naturales del territorio español. La tradición de esta región está profundamente vinculada a la vida en el bosque. Sus tierras han estado pobladas por gentes que han obtenido del bosque los recursos de supervivencia necesarios para sus familias. La recogida de hongos, setas, leñas, mieras, piñas y demás subproductos forestales que pueden ser obtenidos del bosque unidos a una profunda tradición ganadera, constituyen la cultura y medio de vida de estas personas. La preocupante despoblación de la provincia y el progresivo abandono de los trabajos tradicionales ha provocado un desequilibrio en las masas boscosas. El papel que el hombre desempeñaba en el bosque contribuía a su gestión. Los productos forestales no recogidos por el hombre son ahora importantes focos de alimentación de plagas además de peligroso combustible para el fuego.
Entre las plagas más importantes encontramos los escolítidos o barrenillos de la madera del pino. El desequilibrio anteriormente mencionado ha provocado un incremento de sus poblaciones y en ocasiones es preciso que dichas poblaciones sean controladas. Los servicios de sanidad forestal de dicha provincia llevan años dedicados a labor tan fundamental. El estudio de las principales especies que provocan desequilibrios forestales es fundamental para ejercer un buen control. Resulta necesario realizar una perfecta descripción de la biología de estas especies y de su comportamiento en un ecosistema concreto.
Las dos especies de escolítidos que están causando mayores daños en esta zona son los escolítidos Ips sexdentatus e Ips acuminatus. Ambas especies atacan a las masas de Pino y en ocasiones provocan importantes destrozos, apareciendo grandes rodales de pinos muertos debido a su acción. El ataque de ambos es similar, se dirigen a arboles relativamente dañados bien por el frío, viento, fuego o cualquier otra causa y realizan en su corteza un orificio de entrada. Tras ello el macho excava una galería nupcial donde ser reproduce con varias hembras, cada una de las cuales realizará una galería donde poner los huevos (de diferente longitud según la especie). Cuando nazcan las larvas excavaran cada una de ellas una galería, lugar en el cual se transformaran en pupa y tras la metamorfosis en adulto.
Los daños provocados por estos insectos se derivan de la alimentación de sus larvas principalmente, que al comer interrumpen el flujo normal de agua y en ocasiones de savia que transcurre en el árbol y como consecuencia se secan. Aunque estos diminutos “bichos” sean inofensivos de forma individual, enormes poblaciones de ellos pueden suponer verdaderos problemas para el normal desarrollo de las masas boscosas.  
Debido a estos problemas los servicios de sanidad forestal se encargan de realizar un plan de control integrado de dichas plagas, el cual incluye en términos muy generales los siguientes pasos:
-      Establecer un calendario de cortas de madera y de retirada de leñas (lugares donde generalmente se reproducen y aumentan sus poblaciones)
-   Muestreo masivo con trampas de feromona, combinando diferentes tipologías de trampa como la Tipo Theyson o las trampas multiembudo. Dicho muestreo permite realizar un seguimiento anual de la plaga, de forma que se pueden observar las fluctuaciones entre años y relacionarlos con los diversos factores, biológicos o artificiales.
-  Seguimiento de los depredadores más importantes. Dichos depredadores son engañados por las feromonas artificiales sintetizadas para la atracción de los escolítidos, ya que biológicamente preparados para percibir las mismas señales químicas que sus presas, caen capturados en las mismas trampas. Entre los más importantes encontramos a Thanasimus formicarius, Thanasimus femoralis y Temnocheila caerulea. Es importante su eficacia como controladores naturales.
Toda esta información permite crear planes de prevención  que los servicios de sanidad ejercen en mayor o menor medida, de acuerdo a los fondos económicos de los que disponen, ya que no siempre son los necesarios. Esto es relevante, ya que aunque parezca sencillo requiere de elevada cualificación del personal. Además el impresionante volumen de material para observar y revisar en laboratorio hace que en ocasiones sea realmente complicado sacar el trabajo adelante.
Por este motivo y para seguir el hilo de nuestra denuncia divulgativa pedimos a los encargados de repartir los presupuestos, que no se olviden de la protección medioambiental de sus bosques, lugar que durante años supuso la fuente de vida de sus antepasados.

Un saludo a todos