jueves, 28 de julio de 2011

Los humedales del litoral valenciano


Vegetación presente en los ecosistemas dunares, lagunares y de marjal del litoral costero levantino

Recorriendo de norte a sur la costa levantina encontramos a nuestro paso pequeños reductos naturales de aquellos ecosistemas que un día predominaban en nuestras costas. Estos ecosistemas constituyeron la esencia del paisaje costero del País Valencià y la pérdida de dicha esencia provoca, a nuestro parecer, una continua degradación de la identidad de los ciudadanos que la habitan. Las fértiles riberas de nuestros ríos más importantes promovieron el asentamiento de nuestro ancestros, sin embargo la progresiva desaparición de conciencia y respeto por el medio que nos soporta, ha supuesto la literal devastación de nuestros ecosistemas, convirtiendo hermosos parajes dunares en monstruosas “comunidades” de hormigón.
A pocos kilómetros al sur de la ciudad de Valencia, se encuentra uno de los enclaves naturales más característicos y singulares del País Valencià. Se trata del Parque Natural de l’Albufera de València, lugar de elevada importancia ecológica y representativo de la agro-cultura valenciana tradicional. La riqueza agroecológica de este parque es posible gracias a la biodiversidad proporcionada por uno de los ecosistemas litorales más importantes del Mediterráneo junto con la tradición agrícola del territorio. A pesar de ello el parque no alcanza a ser la sombra de aquello que un día fue. La elevada presión ejercida por la actividad humana ha provocado una fuerte degradación de ambiente, desestabilizando con sus desafortunadas y continuas acciones el equilibrio ecológico del sistema. La Dehesa del Saler y la Albufera están englobadas dentro del piso termo-mediterráneo del sector Valenciano-Terraconense de la provincia formando parte de la vegetación Valenciano-Catalano-Provenzal-Balear (RIVAZ-MARTINEZ,1997). En la Dehesa del Saler (Valencia) encontramos el último reducto del ecosistema dunar de toda la costa levantina de nuestro país, aunque desgraciadamente no en su mayor esplendor constituye la máxima representación de la botánica dunar de toda la costa levantina.
Por todo ello desde cultura agroforestal del País Valencià consideramos que tratándose de uno de los ecosistemas más dañados por el hombre a lo largo de la historia de nuestro territorio, merece la dedicación de nuestro primer artículo con el objetivo de contribuir a la divulgación de la importancia de este frágil ecosistema.
Por otra parte nos proponemos como labor fundamental,  alertar a la sociedad valenciana de la necesidad de disminuir la presión humana sobre los ecosistemas naturales y exigimos a las autoridades pertinentes el incremento de los niveles de protección de este paraje natural. Sin más preámbulo esperamos sea de utilidad la información aquí proporcionada y deseamos disfruten de esta primera reseña de Cultura Agro-forestal.

lunes, 25 de julio de 2011

La vegetación dunar

La vegetación dunar es aquella situada sobre los montículos y depresiones que conforma la arena depositada, y sigue una distribución secuencial desde las zonas más cercanas al mar hacia el interior.

Este tipo de vegetación está adaptada a las condiciones singulares de este ecosistema, razón por la cual pueden vivir sobre los hostiles suelos arenosos de las playas, definidos por la F.A.O. como Aerosoles. Estos suelos tienen características especiales como por ejemplo la poca capacidad de retención de agua,  valores reducidos de materia orgánica y otros nutrientes... Otra de las condiciones singulares que deben superar las especies que habitan en estos parajes, es la gran exposición al sol y la acción abrasiva de los vientos marinos y la salinidad. Todo ello nos permite valorar la importancia de este tipo de vegetación tan amenazada y expuesta a la presión antrópica existente en nuestras costas, presentando playas degradadas víctimas de la construcción y del turismo irresponsable y tierras destrozadas por la contaminación debido a la mala gestión de la agricultura valenciana y principalmente por la falta de una protección seria por parte de las autoridades pertinentes.

  Como se ha explicado anteriormente la vegetación dunar se distribuye desde la línea más próxima al mar hacia el interior de la playa. De esta manera, vamos a adentrarnos en las singularidades de la vegetación que forman este ecosistema, nombrando las comunidades que en ellos habitan y las especies más características de cada comunidad, haciendo especial hincapié en su importancia, su historia, su alto valor ecológico y en la sensibilidad de este ecosistema tan valioso para la comunidad levantina.


Estructura de la vegetación Dunar: Catena de vegetación  (Sanchis, 2003)

1. En la zona más próxima al mar donde el oleaje deposita restos orgánicos, hoy de diversa índole, encontramos la comunidad llamada Cakiletea maritimae, cuya especie más representativa es la Cakile maritima Subs. Maritima  aunque debido a la ausencia de esta se reconoce otra comunidad llamada Salsoko Kali-Cakiletum aegyptiacae. Las comunidades nombradas que habitan esta primera fase dunar son comunidades llamadas halonitrófilas, lo cual quiere decir que las plantas que las constituyen responden a tolerancias salinas y cierto grado de nitrofilia.

Las especies más representativas de esta asociación son la Cakile maritima Subs. Aegyptiaca, Salsola kali y Polygonum maritimum. La Cakile marítima que en medicina natural destaca por su el uso que se le dió contra el escorbuto, enfermedad producida por falta de ciertas vitaminas que causa debilidad general.

2. Adentrándonos hacia el interior, en la primera formación dunar (también llamadas dunas embrionarias o pioneras) encontramos la comunidad de Agropyterum mediterraneum  formada principalmente por Elymus farctus acompañada de  Calystegia soldanella, antiguamente usada cocida para relajar el vientre de forma potentísima a pesar de que, de cualquier otra forma, es enemiga del estomago. La Sporolobus pungens,  la Medicago marina,  también conocida como hierba de la plata y que al parecer presenta efecto diurético y ha sido utilizada para deshacer las piedras de los cálculos vesicales.

3. Detrás de la primera formación dunar existe una segunda duna un tanto más elevada que la primera donde se localizan especies como Lotus creticus, Cyperus capitatus, Silene ramossisima o Echinophora spinosa comúnmente conocida como zanahoria bastarda, que es recomendada para corregir deficiencias del hígado, riñones y vejiga, etc. formando la comunidad llamada Medicago marinae-Ammophiletum arunidaceae.

Éstas son algunas de las especies que constituyen la segunda línea dunar, y que además de poseer determinado valor en la medicina tradicional y natural, realizan una función ecologica fundamental como es la fijación de las dunas. Se puede afirmar que el montículo de arena no existiría sin la vegetación ya que ésta retiene las partículas arenosas con sus raíces y éstas partículas no desaparecen tras la acción de viento. Sin vegetación estas partículas serian lanzadas hacia la vegetación de las líneas posteriores creándoles dificultades de supervivencia por abrasión. Además estas especies quedarían expuestas totalmente al viento proveniente del mar, creando el conocido efecto bandera (adaptación de algunas especies que son capaces de doblar su tronco en forma de ele para evitar en la medida de lo posible la acción del viento), y a una concentración salina mucho mayor a la que éste tipo de vegetación está adaptada.

4. Entre esta segunda formación dunar y la siguiente queda una zona donde se desarrolla una vegetación de altura reducida, porte leñoso y que crece de forma compacta como respuesta a la acción del viento y las partículas arenosas transportadas por él, aquí podemos encontrar especies pertenecientes a la comunidad llamada Helychryso-Crucianelletea  como por ejemplo la Crucianella marítima, Helcrhysum stoechas var. Marítima usada en cocimiento antiguo para bajar la fiebre y aminorar los catarros de pecho y la bronquitis, según su historia (Font i Quer,) se bebía con vino para provocar el menstruo y resultaba buena para la dificultad de la orina y para las mordeduras de serpiente,…  otra de las especies denominada Centaurea aspera Subsp. Stenophylla parece adecuada para reducir la cantidad de azúcar en la sangre y en la orina de los diabéticos.

5. Siguiendo la catena de vegetación, le toca el turno a las denominadas dunas fósiles, las cuales están sujetas gracias a la acción de fijación de las raíces de las plantas sin las cuales este ecosistema no sería posible. En este grado de lejanía de la primera línea del mar, encontramos vegetación de índole forestal como Pinus halepensis, Quercus coccifera, Pistaccia lentiscus, Rosmarinus officinalis, varias especies de Rhamnus, especies trepadoras como la Smilax aspera y endemismos destacables como Juniperus oxycedrus Subsp. Macrocarpa o  Ephedrea distachya, donde se forma la comunidad Philly-Rhamnetum angustifoliae, dentro de la Quercetea ilicis. Cuando esta línea de vegetación es alterada por la irresponsabilidad e ignorancia de origen humano se puede detectar la degradación y entonces estas especies se verán substituidas por otra, encontrando  formaciones de Jaras (Cistus mospeliensis entre otros) y Efedras (Ephedrea distachya).

6. A continuación el suelo se deprime y encontramos varias comunidades adaptadas cada una a diferentes condiciones de salinidad. Al existir una depresión topográfica se pueden diferenciar dos zonas que constituyen esta depresión, una zona lateral de suelo descendiente donde la capa más superficial es arenosa y la concentración de sales es menor y la zona baja o deprimida donde la concentración salina es elevada debido a su proximidad al nivel freático y la cercanía al mar. La vegetación formada por la asociación: Shoeno-Plantaginetum crassifoliae  constituida por vegetación halófita de tipo herbazal-juncal cuyas especies principales son Dorycnium pentaphylum Subs. gracile, Plantago crassifolia, Juncus acutus, Iris xiphium, Centaura dracunculifolia etc. Todas ellas presentan adaptaciones particulares que le permiten habitar en estas condiciones salobres, en lugares donde la concentración de sales no es estable durante todas las épocas del año ya que, debido al carácter arenoso de la capa más superficial del suelo, cuando llegan las lluvias otoñales se produce la lixiviación de sales y la concentración salina disminuye.

7. En la zona más deprimida de la mallada, así se conoce a esta formación de suelo, existen condiciones de total salinidad por los motivos citados anteriormente así pues, la vegetación allí existente tiene grandes particularidades que le permiten vivir en éstas condiciones especiales. Esta acumulación de sales es posible además de por la cercanía al nivel freático, porque en la base del perfil del suelo existe un horizonte de materiales  limosos que facilita el ascenso capilar del nivel freático en verano. Cuando se producen las lluvias otoñales el agua disuelve la sal de la superficie, pero no se produce lixiviación por que la capa de limosa lo impide generando unas condiciones particulares conocidas como saladares fangosos donde proliferan algas halófitas. Algunas de éstas adaptaciones tan singulares que presentan éstas especies es  la suculencia para conseguir mayor acumulación de agua, Para poder absorber el agua la planta debe tener un gradiente de salinidad en su interior superior al del suelo donde se encuentra, solo así el agua fluirá hacia su interior hasta igualar los gradientes, con lo que esta característica determina otra de las adaptaciones de estas plantas, capaces de absorber el agua cargada de sales y después de usar la que necesita, la planta excreta las sales sobrantes por las hojas produciéndose la evaporación en ellas y dejando cristales de sal sobre la superficie de las mismas.

La comunidad vegetal que puede sobrevivir en estas condiciones se denomina Pucinellio-Arthrocnemetum fruticosi, integrada por Saliconia ramosissima, Salicornia herbacea, Limonium girardianum, Limonium bellidifolium, Plantago crassifolia, Elymus elongatus, etc.

miércoles, 20 de julio de 2011

Las comunidades vegetales en el ecosistema lagunar

A lo largo del litoral Valenciano aparecen numerosas marjales y lagunas, las cuales han constituido en muchas ocasiones una importante fuente de suministro alimenticio a nuestras gentes bien a través del cultivo del arroz o por medio de la pesca. Entre ellas, l’Albufera podríamos denominarla la más representativa. La vegetación presente en este tipo de ecosistemas se caracteriza por estar en contacto íntimo con el agua de forma que en algunas ocasiones las plantas viven  flotando sobre la superficie de las lagunas y en otras se sostienen en los bordes de las mismas. Dependiendo de la necesidad de éstas por permanecer más o menos inmersa en la masa de agua podremos distinguir dos grandes grupos o sistemas bien diferenciados de vegetación: La vegetación acuática y La vegetación Palustre.

Vegetación acuática y vegetación Palustre

La vegetación acuática se caracteriza por estar en contacto permanente con el agua. El agua supone su fuente de hidratación y soporte. Muchas de sus especies viven suspendidas sobre la superficie del agua flotando a la deriva, mientras que otras permanecen ancladas en el fondo de la laguna.

Dentro de lo que denominamos como vegetación flotante, cabría destacar como vegetación representativa de estas plantas a las, comúnmente conocidas, Lentejas de agua. Dichas especies pertenecen a la asociación fitosociológica  Lemnetum gibbae y dentro de la misma nombramos como especies más representativas de la laguna a las siguientes: Lemna gibba y Lemna minor. La importancia de las lentejas de agua es el uso que podemos hacer de ellas como indicativas de la calidad del agua sobre la que navegan. De hecho es sobradamente conocida la presencia Lemna gibba cuando las aguas se encuentran eutrofizadas y tranquilas, mientras que en zonas de aguas más oxigenadas se desarrolla Lemna minor.  Otras especies de lentejas podríamos encontrar en aguas oligótrofas (oxigenadas y limpias), y tal vez algún día existieron en la albufera, pero el exceso de materia orgánica incorporado así como la presión agrícola han provocado una degeneración progresiva de las aguas y esperemos algún día pueda recuperarse.

Por otra parte encontramos la vegetación sumergida, dentro de la cual encontramos especies que viven totalmente sumergidas y otras que presentan hojas flotantes.  Queremos destacar como representativas de la biomasa vegetal de este grupo a la comunidades formadas por las denominadas hierbas,  de mil hojas, espigas de agua y los potamogeton. Estas hierbas con sus diferentes especies pertenecen a asociaciones fitosociológicas que podemos encontrar en los diferentes ecosistemas húmedos valencianos como puede ser la marjal de Gandía. La calidad de las aguas en referencia a su nivel de eutrofización, marcará la existencia de unos taxones u otros. Junto a las especies de macrófitos citadas encontramos también carófitas o algas verdes conviviendo y compartiendo el mismo nicho ecológico. Estas algas son también buenos indicadores de la calidad de las aguas. La continua degeneración del lago ha provocado que gran parte de esta vegetación haya desaparecido aumentando la proporción de cianofíceas (algas azules) y diatomeas y reduciéndose al máximo las clorofíceas. Esto en términos prácticos se traduce en la aparición de aguas más turbias, de colores oscuros y poco oxigenadas lo que conlleva la paulatina desaparición de muchas especies y la disminución de la riqueza ecológica.

Englobada dentro de la clase Phragmitetea, encontramos la vegetación palustre la cual está constituida por un lado por espadañales y carrizales, donde diferentes especies de Typhas, Phragmites, Sparganium y diversos juncos del genero Scirpus se asocian fitosociológicamente, colonizando los espacios de aguas someras y alrededores de los islotes o ullals. Más allá en lo que supondría la serie final de vegetación palustre encontraríamos los conocidos mansegares, zonas desgraciadamente degradadas por el hombre e importantes lugares de anidación de algunas aves migratorias.

martes, 19 de julio de 2011

CONCLUSIONESN Y VALORACIÓN PERSONAL

Deseamos dejar constancia tras lo comentado que hemos tratado de expresar la importancia de este ecosistema dunar y lagunar y que siendo uno de los más frágiles que constituyen la vegetación mediterránea es al mismo tiempo uno de los más amenazados por los seres humanos, debido principalmente a la urbanización desmesurada de nuestras costas, ya con dicha práctica se ha afectado a los casi 400km de litoral costero que tenemos en el País Valencià. Normalmente éstas prácticas han venido precedidas de la provocación de incendios lo cual en conjunto deriva en un grado de degradación del ecosistema elevadísimo y como no, en la extinción de varias especies y endemismos de nuestras costas.

Se ha podido comprobar a lo largo de éste artículo que muchas de éstas especies que han acompañado a nuestros antepasados en estos territorios habitados hoy por nosotros, presentan además de adaptaciones increíbles que les permiten sobrevivir en las condiciones específicas - ya no del ecosistema en conjunto si no en el nivel de la cátena que ocupan dentro de éste-, importantes “virtudes” medicinales que hoy conocemos gracias a la herencia del uso, el conocimiento y el respeto que nuestros antepasados hicieron de ellas viviendo en conjunto y formando parte del ecosistema de forma sostenible e integrada, ¿seremos nosotros capaces de dejar parte de este legado tan singular a nuestras generaciones futuras?

Se han realizado y se continúan realizando proyectos de reconstrucción de dunas y lagunas que habían sido destruidas o desmejoradas por la ambición urbanística y productiva de nuestra especie, lo cual no es tarea fácil ya que un ecosistema que está formado por un conjunto de parámetros con elevado grado de interrelación entre ellos y que permiten la formación de un ecosistema en su conjunto no se reconstruye de la noche a la mañana. Es necesario la realización de estudios que tengan presente que es la vegetación la que se encarga de fijar el suelo evitando que éstas formaciones dunares sean pasto del viento, estudios que sean capaces de mantener la catena de vegetación conservando la estructura secuencial original y estudios que tengan en cuenta que la vegetación leñosa necesita de la protección de las distintas bandas dunares que disminuyen el impacto de las partículas arenosas transportadas por el viento y de un impacto directo del efecto de la sal del mar
Creemos ciertamente que dichos proyectos se han llevado a cabo y que algunos de ellos con éxito, sin embargo no observamos en ningún momento una disminución de la presión humana ejercida sobre el ecosistema, ya que miles de personas abarrotan cada verano las playas de la dehesa sin ningún tipo de regulación por parte de la administración. Gentes que en su inconsciencia depositan numerosos residuos orgánicos y no orgánicos, personas que pasan por encima de las dunas revegetadas con absoluta impunidad destrozando zonas que anteriormente han sido restauradas y por lo tanto tirando a la basura enormes cantidades de dinero dispuestas para estos fines. Pensamos entonces, que no es suficiente con ejecutar proyectos que siendo muy visibles al público en general, de poco van a servir si se continúan gestionando estas zonas con el más absoluto descontrol, tratando a los parques naturales como parques de atracciones y olvidando el respeto que se merecen.   

domingo, 17 de julio de 2011

Bibliografía utilizada

-       Blanco, C. (1977). Estudio de la contaminación de la Albufera de Valencia y de los efectos de dicha contaminación sobre la flora y fauna del lago. Tesis Doctoral. Universidad de Valencia. España.
-       Carrasco, J.M. y Plantá, M. (1985). Contaminación de la Albufera de Valencia por plaguicidas utilizados en el cultivo del arroz. Rev. Agroquím. Tecnol. Aliment., 25(1): 144-148.
-       Carretero, J.L. (1996). Flora y Vegetación de la Albufera de Valencia. Bases para su recuperación. Institució valenciana d’estudis i investigación. Valencia
-       Confederación Hidrográfica del Júcar, (2004c). Síntesis de los estudios técnicos en el Estudio para el Desarrollo Sostenible de L’Albufera de Valencia. 1-83
-       Confederación Hidrográfica del Júcar, (2004a). Documento de Conclusiones en el Estudio para el Desarrollo Sostenible de L’Albufera de Valencia. 1-24.
-       Decreto 96/1995, de 16 mayo del Gobierno Valenciano. Plan de ordenación de los Recursos Naturales de la Cuenca Hidrográfica de la Albufera. DOGV.2516, de 26-05-95.
-       Herminio Boira; La vegetación de la Albufera de Valencia y sus Bioindicadores (1987), 42 pag
-       Morillo, C. (2005). El estado de la biodiversidad. Dirección General para la Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente. Ambienta, marzo 2005: 51-54
-       Sanchis Duato, E (2003). Ecosistemas Mediterráneos. Publicaciones UPV.
-       Pio Font Quer, Plantas medicianles (1999). 1184 pags.